El exceso de peso corporal y sus
complicaciones son actualmente uno de los principales retos de la salud pública en el mundo. Desde el año
1980, la obesidad se ha más que doblado en todo el mundo, en 2014, más de 1900
millones de adultos de 18 años o más años tenían sobrepeso, de ellos más de 600
millones eran obesos. La mayoría de la población mundial vive en países donde
el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la desnutrición.
El dato más alarmante es que para 2013, más de 42 millones de niños menores de
cinco años en el mundo tenían sobrepeso.
La obesidad ya no es un problema
solo de aquellos países con altos ingresos, actualmente estos trastornos han y
están aumentando en los países de ingresos bajos y medianos, de manera particular
en los entornos urbanos.
En México, desde 1980 a la fecha, el problema
de la obesidad y el sobrepeso se ha triplicado en todas las edades, regiones y
grupos socioeconómicos, la problemática cada vez va aumentando de manera
alarmante, lo que ha traído como consecuencia que México sea el segundo lugar
en obesidad en el mundo.
En cuanto a la población infantil
y adolescente, el problema se presenta en uno de cada cuatro niños y en uno de
cada tres adolescentes. El sobrepeso y la obesidad no son las únicas enfermedades
que pueden afectar sus vidas, aquellas enfermedades que eran exclusivas de
adultos, ya forman parte del cuadro de los menores, a consecuencia de la
obesidad, como: la diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, aumento de
triglicéridos y colesterol, infecciones respiratorias, producción deprimida de
la hormona del crecimiento, hiperinsulinemia, intolerancia a los carbohidratos.
También se puede agregar la elevación de la presión sanguínea, los problemas
músculo-esqueletales en las extremidades inferiores y problemas ortopédicos.
Lo más preocupante dentro de las
consecuencias de estas enfermedades es que muchos de estos niños y adolescentes
sufren problemas de tipo psicosocial, ya que muchos de ellos son estigmatizados;
discriminados por profesores, compañeros e incluso por sus propios familiares,
lo cual provoca una baja autoestima en ellos.
Algunas de las medidas que se han
tomado para combatir y contrarrestar los efectos de esta problemática son:
A partir de febrero de 2013, se
reformó el artículo 3°, en sus fracciones 3, 7, 8 y 73 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos en la cual el Congreso de la Unión y las
autoridades competentes deberán prever, al menos, entre otras, las adecuaciones
al marco jurídico, para prohibir en todas las escuelas los alimentos que no
favorezcan la salud de los educandos.
Una guía de alimentos y bebidas
en la cual se describen los productos industrializados que cumplen con los
criterios nutrimentales de los nuevos “Lineamientos generales para el expendio
y distribución de alimentos y bebidas preparados y procesados en las escuelas
del Sistema Nacional”, la cual es válida para escuelas públicas y privadas del
territorio nacional.
Promover un estilo de vida
saludable y una constante actividad física; sobre todo en las escuelas debido a
que es ahí donde los niños y adolescentes pasan el mayor tiempo de su vida.
Referencias
bibliográficas:
Mercado,
P.; Vilchis G., (2013). La obesidad infantil en México en Alternativas en
psicología. Recuperado en: http://alternativas.me/attachments/article/32/5.%20La%20obesidad%20infantil%20en%20México.pdf
OMS.
Obesidad y sobrepeso. (2015). Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/
SSA.
(2014). Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso la
Obesidad y la Diabetes. Recuperado en: http://alimentosescolares.insp.mx/index.php
Saldaña,
C. (1998). Modificación de conducta para el cambio de hábitos alimentarios y
patrones de actividad física en obesidad infantil. En F. X. Méndez y D. Maciá
A. (Comps.) Modificación de Conducta con Niños y Adolescentes. Madrid: Ediciones
Pirámide.
No hay comentarios:
Publicar un comentario